Columna de opinión
"La solidaridad y el apoyo deben manifestarse en todos los ámbitos, y más cuando somos víctimas de un abuso de poder que se otorga el gran monopolio como es la SGAE".
Un restaurante irá a juicio porque no quiere pagar a la SGAE por los derechos de autor de la “música libre” (31 Enero, 2010)
Las noticias se hacen eco unas de otras mientras se acumulan en carpetas y archivos que pasan desapercibidos ante la opinión pública. La ciudadanía se muestra indiferente e impasible a acciones injustas que se crean por la falta de interés ante temas que no le concierne directamente.
La solidaridad y el apoyo deben manifestarse en todos los ámbitos, y más cuando somos víctimas de un abuso de poder que se otorga el gran monopolio como es la SGAE.
Las nuevas artimañas que utilizan con el objetivo de recaudar más fondos apoyándose en su política: velar por los intereses de sus autores, está sobrepasando los límites. Si se lleva al terreno político, se podría decir, que estamos ante una dictadura impuesta por los cánones de la SGAE que prescribe en una democracia española. Por eso, quienes se defienden ante los abusos del gran dictador, la SGAE, debe ser elogiado y premiado con muestras de solidaridad y apoyo y tomar ejemplo. De esta forma, hacemos uso de nuestro derecho como ciudadanos libres sin opresores que limiten nuestros privilegios.
La Sociedad General de Autores y Editores considera que cualquier acto (escuchar música, cantar, obra teatral, películas, etc), con "comunicación pública" y que pertenezca a su amplio repertorio está bajo su dominio. Púes bien, entonces, ya por poner música y que te escuche tu vecina, por trabajar en un taller con la radio puesta, por escuchar la mini radio en la playa, por llevar la música alta en el coche y escuche el de al lado, por interpretar una obra teatral que está bajo dominio público desde hace mucho tiempo tras el fallecimiento del autor, por hacer una barbacoa en un lugar público con la radio encendida del coche,etc. Todo llega a ser "comunicación pública", en un momento u otro. En consecuencia, estamos obligados a permanecer bajo el dominio del monopolio de la SGAE ateniéndonos a sus reglas.
Toda entidad "financiera" debe cumplir sus funciones y acarrarse a una normas, a una leyes, establecidas conjuntamente por el Estado, la SGAE y por los ciudadanos, quienes son las víctimas de su desfachatez.
Porque ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir en una forma que respete y mejore la libertad de los demás.
Nelson Mandela
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